La diferencia entre bienestar social y bienestar emocional.

bienestar social

La OMS define salud como «el bienestar físico, psicológico y social de la persona y no solo como la ausencia de enfermedad». 

Como podemos observar, bienestar emocional y bienestar social son dos aspectos fundamentales de la salud de las personas pero se refieren a diferentes áreas de la vida y tienen distintas dimensiones.

Bienestar emocional. Se refiere al estado general de salud mental y emocional de una persona. Se caracteriza por la capacidad de reconocer, comprender y gestionar eficazmente una amplia gama de emociones, tanto positivas como negativas. El bienestar emocional implica tener un sentido de autoaceptación, autoestima y autoconciencia.

Bienestar social. Definimos el mismo como la “calidad de vida de las personas en el ámbito social, a la que se accede a través del correcto funcionamiento de determinadas áreas, tales como: relaciones familiares, capacidad económica, educación, vivienda, seguridad, ocio y tiempo libre”. Se refiere a la calidad y la satisfacción de las relaciones interpersonales y a la integración social de una persona en su comunidad y en la sociedad en general. 

El bienestar social abarca una serie de dimensiones interrelacionadas, que incluyen:

Acceso a recursos y servicios. Implica el acceso equitativo a recursos como la educación, la atención sanitaria, la vivienda, el empleo y otros servicios básicos que son fundamentales para el bienestar de las personas.

Equidad y justicia social. Se refiere a la existencia de sistemas y políticas que promueven la igualdad de oportunidades independientemente de su origen étnico, género, orientación sexual, nivel socioeconómico u otras características.

Participación cívica y política. Incluye el grado en que las personas tienen la oportunidad y los medios para participar en la toma de decisiones y la vida cívica de su comunidad, así como el ejercicio de sus derechos y responsabilidades como ciudadanas.

Cohesión social y relaciones comunitarias. Se refiere a la fortaleza de los lazos sociales y las relaciones comunitarias dentro de una sociedad, incluida la confianza mutua, el apoyo social, la solidaridad y la capacidad de cooperar y trabajar juntas para abordar problemas comunes.

Seguridad y bienestar económico. Implica garantizar que todas las personas tengan acceso a un nivel básico de seguridad económica y protección social, lo que incluye ingresos adecuados, protección contra la pobreza y la exclusión social, así como la capacidad de hacer frente a situaciones de emergencia y crisis.

Todas estas dimensiones están interconectadas y favorecen, o no, al bienestar social de cada persona.

Veamos cómo determinados factores sociales son el origen de problemáticas emocionales con algunos ejemplos: 

Relaciones familiares. Las dificultades de conciliación y la sobrecarga que generan los cuidados, puede provocar tensiones en las relaciones familiares y afectar el bienestar emocional de los miembros de la familia.

Capacidad económica. La desigualdad económica puede contribuir a problemas emocionales, ya que las personas que viven en condiciones de precariedad económica pueden experimentar estrés crónico, ansiedad y depresión debido a la falta de recursos para satisfacer sus necesidades básicas y las de sus familias.

Educación. El acoso escolar puede tener un impacto significativo en la autoestima de menores o adolescentes, lo que puede llevar a problemas emocionales como la depresión y la ansiedad.

Vivienda. La dificultad para acceder a una vivienda, sobre todo entre la población más joven, puede llevar a sentimientos de inutilidad, ansiedad financiera y falta de propósito, lo que puede contribuir a la depresión y otros problemas emocionales.

Seguridad.  Las personas que experimentan violencia, abuso o trauma en sus relaciones interpersonales o en su entorno pueden experimentar una serie de problemas emocionales, como trastorno de estrés postraumático, depresión y ansiedad.

Ocio y tiempo libre. La falta de apoyo social puede provocar sentimientos de tristeza, depresión y ansiedad, especialmente si tienen dificultades para mantener relaciones sociales debido a la pérdida de amigos o familiares, la movilidad reducida o la falta de acceso a actividades sociales.

Por tanto, cuando una empresa quiere cuidar a su capital humano no debe centrar sus acciones únicamente en promover el bienestar físico y emocional de las personas, ya que, si no se interviene sobre las problemáticas sociales difícilmente podremos influir en el bienestar emocional de las personas. 

Abordar las problemáticas sociales de manera individualizada a través de una profesional del trabajo social puede ser parte de una estrategia integral para promover el bienestar integral de las personas que forman parte de tu organización. 

“ Los cuidados del cuerpo no pueden separarse de las circunstancias sociales en las que este se encuentre”.  
Richard Cabot (1905)

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